Las chicas maravillosas del excelente periódico Tu Salud me pidieron que escribiera una receta de las sopas que hago en La Chiwinha. Les dije que normalmente yo no sigo una receta con fidelidad cuando cocino, al contrario soy muy intuitivo en frente a la estufa. Ellas insistieron y esto es lo que salió. Espero lo disfruten.
***
Qué puedo decir. La mayor parte de las veces que cocino lo hago de forma intuitiva. "¿qué le falta?" me pregunto, "déjame oler... jmm... le falta orégano: déjame probar ahora... le falta un nosequé... ah! más tomate para el color" Así va mi proceso creativo: oliendo, mirando, dejando que mi corazón reine sobre mi intelecto para escoger las especias y los ingredientes que harán de la sopa una experiencia en sí misma.
Por otro lado, también dependo de qué me encuentre en la nevera, en la alacena o en la repisa de especias en el momento de tomar acción. "La receta lleva chile picante pero lo que tengo es ají dulce... pues le hecho el ají con un poco más de pimienta o de gengibre para que pique." Al cocinar entro en ese estado que entran los artistas al pintar o al componer música y que los psicólogos llaman "flow". Así que fluyo con la comida, con los olores, con los sabores, con los colores, con todo lo que se me presente en el momento.
Dicho esto, aquí va una receta que uso mucho en esos momentos de "Tengo que cocinar hoy y no he ido a la plaza de mercado todavía." Los ingredientes están en orden de entrada al "slow cooker" y no siempre los tengo todos, por lo que pueden cambiar según su disponibilidad. Los únicos importantes son la quinoa y el tomate. El tiempo de cocción es como de dos horas o hasta que los tubérculos estén blanditos. Sirve como seis platos grandes de sopa y lo puede decorar con una hojita de albahaca fresca.
SOPA de Quinoa y Tomate:
slow cooker - prendido en su capacidad máxima
Aceite de Oliva orgánico - suficiente para cubrir más de la mitad del fondo del "slow cooker"
Cúrcuma - la punta de una cuchara
Comino - la punta de una cuchara
Especias orgánicas secas - lo suficiente para cubrir el fondo del "slow cooker"
Sal - la punta de una cuchara (yo cocino con bien poca sal)
Quinoa en grano - entre 1/2 y 3/4 de taza
- aquí los remuevo para que las quinoa se impregne del aceite y las especias
cebolla mediana - picada en cubitos
pimiento verde - picado en cubitos
papa mediana - en cubitos (si lo que hay es yuca o malanga, eso es lo que va)
zanahoria grande - en cubitos
Albahaca seca - casi una cucharada
agua - lo suficiente para cubrirlo todo y un poquito más para que se vea como sopa
- lo remuevo nuevamente y lo tapo hasta que caliente el agua
tomate picado orgánico - el que uso viene en lata y le zumbo el contenido de la lata completo
Lo dejo hervir. De vez en cuando le doy una vueltita con la cuchara y dependiendo de cómo huela le añado más especias, más albahaca, quizás romero, hoja de laurel, mostaza en grano, pimienta negra o paprika, ajo en polvo... sigo oliendo y saboreando hasta que quede rica y sabrosa.
El autor es el chef oficial para las sopas de La Chiwinha, la primera tienda de Comercio Justo en Puerto Rico. Cuando no está cocinando, está confabulando por otro Mundo que es posible en ecosentido.blogspot.com.
viernes, 26 de junio de 2009
lunes, 9 de febrero de 2009
Reciclar no es suficiente...
Yo siempre he tenido un problema con cómo se ha llevado el mensaje de reciclar y liimpiar playas. Aunque entiendo que es una forma de "llegar a las masas", siempre lo he considerado un acercamiento muy superficial a los problemas ambientales. Aquí explico un poco mis razones.
Reciclar no es suficiente...
No hay que buscar mucho para darse cuenta de que en el mundo en que vivimos todo está lleno de plástico. Están por todos lados y los usamos en todos los aspectos de nuestra vida moderna. Muchos no saben que la mayoría están hechos de derivados del petróleo, lo que nos hace más dependientes de este producto que tanto daño le está haciendo a nuestro clima con el calentamiento global y a nuestra sociedad con todas las guerras que han surgido por su culpa.
Cuando se inventaron, los plásticos se vieron como la solución ideal dada su versatilidad, durabilidad y peso ligero. Sin embargo son esas mismas características que los hacen peligrosos para el ambiente y en muchas ocasiones para nuestra propia salud. Así que hasta que los plásticos biodegradables no dominen la industria, tenemos la responsabilidad, quizás hasta moral, de manejarlos adecuadamente.
Por un lado, se han encontrado varios compuestos químicos vinculados a los plásticos como los ftalatos y el Bifenol A (polietileno glicol diéter dimetacrilato (Bis-EMA) que trastornan las hormonas del cuerpo creando el desarrollo sexual temprano en las niñas y complicaciones genitales en los niños. Para colmo, debido a su larga duración, cuando los plásticos llegan a los vertederos se descomponen en estos químicos dañinos que se infiltran a nuestras fuentes de agua y suelo contaminándolas para siempre.
Por otro lado, debemos reconocer que el simbolito de reciclaje con el número que tienen por ley muchos de los productos plásticos, no tiene nada que ver con si se reciclan o no. El simbolito es sólo su identificación química, la cual ayuda a su clasificación y separación en los centros de acopio. Pero no todos los plásticos han sido creados iguales y algunos son casi imposibles de reciclar. Por eso es importante estar pendiente a estos números cuando hacemos nuestras compras.
Por lo tanto, evita los plásticos que son difíciles de reciclar o cuyos compuestos no son saludables como los enumerados #3, #6 y #7. Si no se pueden reciclar no se deben comprar, punto.
El #3, conocido comúnmente como vinil o PVC, posiblemente es el peor de todos para nuestra salud y debemos evitarlo a como de lugar ya que no se recicla. Muchas veces se pueden reconocer estos plásticos pues tienen olores fuertes (como las cortinas de baño de vinil) que provocan “ataques” a personas que sufren de asma, por ejemplo.
El #6 es el famoso “foam” que es también muy difícil de reciclar y no se descompone, permaneciendo en la naturaleza para siempre. El #7 es el número que usan para cualquier plástico que no entre en las otras seis categorías. Como son tantos y tan diferentes, los centros de acopio no los aceptan por no poder separarlos y por ser potencialmente peligrosos para sus empleados.
Los plásticos más fáciles de reciclar son los enumerados #1 y #2, seguidos del #4 y #5. No todos los centros de acopio aceptan todas las clases de plástico por lo que debes orientarte antes de llevarlos o depositarlos en las cajas de reciclaje municipales. Es importante también que sepas que en Puerto Rico todavía no se recicla el plástico (ni el papel ni el aluminio), sino que se acopia y se vende a otros países donde es reciclado. Esta acción adicional aumenta el impacto de los plásticos sobre el cambio climático al quemar más combustible durante su transportación. También, la cantidad de energía y agua que se necesita para el proceso de reciclaje es significativa, por lo que deberíamos estar buscando otra manera de utilizar nuestros recursos más eficientemente.
De todas maneras, ningún plástico es totalmente inocente por lo que se recomienda que sigas estos consejitos, especialmente si los vas a usar para comida o para niños.
Nunca uses envoltura de plástico para tu comida y mucho menos la calientes dentro de envases plásticos en el microondas. El calor aumenta la posibilidad de que los químicos dañinos del plástico pasen a la comida.
No laves los plásticos con detergentes fuertes ni los metas en el lavaplatos automático, ya que cuando el plástico se ralla o desgasta contamina más fácilmente la comida.
Es mucho mejor que busques alternativas para envasar y almacenar como el cristal y el acero inoxidable.
En lugares donde compras comida, pide envases descartables de plásticos biodegradables (PLA) y auspicia aquellos locales donde los provean.
Como ves esto de reciclar no es todo lo que nos quieren hacer creer. Aunque es importante reciclar, no es suficiente. El reciclaje debe ser nuestro último remedio y hay que aprender a cambiar algunas cosas en nuestras vidas si queremos ser realmente responsables de nuestro futuro y de nuestro planeta. Sin embargo, es siempre mucho mejor, como personas conscientes y consecuentes con nuestros valores, Repensar y Reducir la manera en que utilizamos los plásticos y Reusarlos siempre que sea posible.
Puedes buscar más información sobre los plásticos a través de los siguientes enlaces de la Internet:
www.earth911.org/plastics/
www.pbs.org/strangedays/pdf/StrangeDaysSmartPlasticsGuideSpanish.pdf
www.ads.gobierno.pr
Reciclar no es suficiente...
No hay que buscar mucho para darse cuenta de que en el mundo en que vivimos todo está lleno de plástico. Están por todos lados y los usamos en todos los aspectos de nuestra vida moderna. Muchos no saben que la mayoría están hechos de derivados del petróleo, lo que nos hace más dependientes de este producto que tanto daño le está haciendo a nuestro clima con el calentamiento global y a nuestra sociedad con todas las guerras que han surgido por su culpa.
Cuando se inventaron, los plásticos se vieron como la solución ideal dada su versatilidad, durabilidad y peso ligero. Sin embargo son esas mismas características que los hacen peligrosos para el ambiente y en muchas ocasiones para nuestra propia salud. Así que hasta que los plásticos biodegradables no dominen la industria, tenemos la responsabilidad, quizás hasta moral, de manejarlos adecuadamente.
Por un lado, se han encontrado varios compuestos químicos vinculados a los plásticos como los ftalatos y el Bifenol A (polietileno glicol diéter dimetacrilato (Bis-EMA) que trastornan las hormonas del cuerpo creando el desarrollo sexual temprano en las niñas y complicaciones genitales en los niños. Para colmo, debido a su larga duración, cuando los plásticos llegan a los vertederos se descomponen en estos químicos dañinos que se infiltran a nuestras fuentes de agua y suelo contaminándolas para siempre.
Por otro lado, debemos reconocer que el simbolito de reciclaje con el número que tienen por ley muchos de los productos plásticos, no tiene nada que ver con si se reciclan o no. El simbolito es sólo su identificación química, la cual ayuda a su clasificación y separación en los centros de acopio. Pero no todos los plásticos han sido creados iguales y algunos son casi imposibles de reciclar. Por eso es importante estar pendiente a estos números cuando hacemos nuestras compras.
Por lo tanto, evita los plásticos que son difíciles de reciclar o cuyos compuestos no son saludables como los enumerados #3, #6 y #7. Si no se pueden reciclar no se deben comprar, punto.
El #3, conocido comúnmente como vinil o PVC, posiblemente es el peor de todos para nuestra salud y debemos evitarlo a como de lugar ya que no se recicla. Muchas veces se pueden reconocer estos plásticos pues tienen olores fuertes (como las cortinas de baño de vinil) que provocan “ataques” a personas que sufren de asma, por ejemplo.
El #6 es el famoso “foam” que es también muy difícil de reciclar y no se descompone, permaneciendo en la naturaleza para siempre. El #7 es el número que usan para cualquier plástico que no entre en las otras seis categorías. Como son tantos y tan diferentes, los centros de acopio no los aceptan por no poder separarlos y por ser potencialmente peligrosos para sus empleados.
Los plásticos más fáciles de reciclar son los enumerados #1 y #2, seguidos del #4 y #5. No todos los centros de acopio aceptan todas las clases de plástico por lo que debes orientarte antes de llevarlos o depositarlos en las cajas de reciclaje municipales. Es importante también que sepas que en Puerto Rico todavía no se recicla el plástico (ni el papel ni el aluminio), sino que se acopia y se vende a otros países donde es reciclado. Esta acción adicional aumenta el impacto de los plásticos sobre el cambio climático al quemar más combustible durante su transportación. También, la cantidad de energía y agua que se necesita para el proceso de reciclaje es significativa, por lo que deberíamos estar buscando otra manera de utilizar nuestros recursos más eficientemente.
De todas maneras, ningún plástico es totalmente inocente por lo que se recomienda que sigas estos consejitos, especialmente si los vas a usar para comida o para niños.
Nunca uses envoltura de plástico para tu comida y mucho menos la calientes dentro de envases plásticos en el microondas. El calor aumenta la posibilidad de que los químicos dañinos del plástico pasen a la comida.
No laves los plásticos con detergentes fuertes ni los metas en el lavaplatos automático, ya que cuando el plástico se ralla o desgasta contamina más fácilmente la comida.
Es mucho mejor que busques alternativas para envasar y almacenar como el cristal y el acero inoxidable.
En lugares donde compras comida, pide envases descartables de plásticos biodegradables (PLA) y auspicia aquellos locales donde los provean.
Como ves esto de reciclar no es todo lo que nos quieren hacer creer. Aunque es importante reciclar, no es suficiente. El reciclaje debe ser nuestro último remedio y hay que aprender a cambiar algunas cosas en nuestras vidas si queremos ser realmente responsables de nuestro futuro y de nuestro planeta. Sin embargo, es siempre mucho mejor, como personas conscientes y consecuentes con nuestros valores, Repensar y Reducir la manera en que utilizamos los plásticos y Reusarlos siempre que sea posible.
Puedes buscar más información sobre los plásticos a través de los siguientes enlaces de la Internet:
www.earth911.org/plastics/
www.pbs.org/strangedays/pdf/StrangeDaysSmartPlasticsGuideSpanish.pdf
www.ads.gobierno.pr
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